El pensamiento planetario de Nietzsche en Así hablo Zaratustra

Resumo

Afirmar nuestra responsabilidad hacia la tierra es el corazón de la instrucción del famoso libro Así habló Zaratustra. Para Nietzsche, la responsabilidad clave de las futuras generaciones de filósofos es cuidar la tierra y parte de esta ética del cuidado es la idea de que tenemos que devolver al ser humano a la naturalidad y reconectarnos con otra vida que no es humana. Este artículo intentará conectar los desarrollos recientes en las humanidades y las ciencias sociales, el "giro vegetal" y el "giro planetario", y relacionar ambos desarrollos con la cuestión candente de cómo deberíamos habitar este planeta ahora que nuestra propia actividad está creando. habitable para tantos miembros de la comunidad de vida. Nos preguntamos qué nos podía enseñar la filosofía de Nietzsche, y su libro Así hablaba con Zaratustra de tiernos puentes entre mundos y de reconectar al ser humano con la vida terrestre y planetaria. El objetivo de mi artículo es extraer lo que llamo el pensamiento planetario de Así hablo Zaratustra a través de tres ideas claves del libro: 1. la idea del ser humano en tanta tensión entre lo animal y lo sobrehumano; 2. la idea del filósofo en tal árbol, y más concretamente la imagen de Zaratustra como una clavija; y 3. la idea de la virtud que regala. Pensar en el humano como una cuerda, en el filósofo como una planta y la virtud que le otorga proporciona formas de reconsiderar nuestra relación con los demás, incluso cuando ese otro no es humano, lo cual es muy relevante hoy en una época de colapso ambiental. Estas tres ideas o imágenes ofrecen pistas para entender a Nietzsche como un pensador planetario que entiende la vida humana como arraigada en la tierra y al mismo tiempo conectada con la atmósfera. En Nietzsche, este vínculo con la tierra y lo planetario es inseparable de nuestra responsabilidad por la tierra, reconociendo que somos una especie de cuidadores profundamente arraigados en la vida terrestre y planetaria.